domingo, 15 de agosto de 2010

Carta de amor

Con misivas como esta me enamoró, venció mi fortaleza y domó mi espíritu. Hoy me suenan a palabras huecas a artimañas, a dolo, a negras intensiones. Hoy desconosco la sinceridad de las palabras, no atino a descifrar si fueron honestas. Había una declaración de amor que no aceptaba y a final terminé aceptando. Me tardé tanto que siempre estuvimos desincronizados. Hela aquí como prueba de que no fue un sueño.


18 de abril 2005

Esta noche es la que nos ha devuelto las sonrisas pues la perturbación
ha sido comprendida por mí. No sabía dimensionar tu órbita y estaba
errando las premisas. Mi mente vuela y regreso la película al primer
día que hablamos, al primer día que nos besamos, al primer día que
lloraste, cuando en mi camisa se vertió el vino, cuando el sudor nos
inundó y el sueño nos embargó las prisas, cuando sentí por vez primera
tus vibraciones, cuando te bebí grabando tus olores. Hace apenas tres
y medio meses que estás en mi vida y la taquicardia ha quedado en un
lejano eco sustituido por el estruendo de tus vaivenes, de las noches
llegando al límite, siempre al límite, contigo todo es al límite
difuso. El teatro estuvo al límite contigo durmiendo en mi brazo y yo
oliéndote, las noches al límite de la madrugada, Algarabía siempre al
límite, en París llevaste el límite más allá de tus límites, el límite
de ir a tu casa la segunda vez que nos vimos, sentirme tan bien en tu
casa, nunca olvidaré el café de Sumatra contigo postrada en mi y la
forma tan sugestiva de lanzarme las servilletas.

Tres y medio meses y pareciera que has estado conmigo desde hace una
magnitud que se me antoja decirle "siempre". Tus olores encajan, tu
conversación embona, tu risa es del nítido retinar que me complementa
esa parte de mi vida que se llena con tu nombre, tu nombre chingón, tu
inteligencia que provoca, que alienta, que endulza, que enseña.

Y es así como las experiencias se tornan recuerdos que alimentan la
pasión por el futuro, y es entonces cuando recuerdo nuestro beso
desaforado al borde de la calle, como dos adolescentes, después de
haberme escuchado y ver el brillo de mis ojos, y me dijiste: "No me
beses así", y es entonces cuando recuerdo lo intrigante de tu llanto
cuando nos vimos en el hotel e hicimos el amor con ternura y
dedicación, y es entonces cuando veo las copas, los whiskys, el aceite
almendrado festejando mi habitación con tus muebles, y es entonces
cuando me veo jugando en una mesa con tus hijos, y es entonces cuando
me veo desnudándote en tu oficina ahí donde pasas tantas y tantas
horas, y es entonces cuando te veo en esa postura provocadora
traduciéndome Sailing, cuando te serviste de las muletas, cuando te
tuve todo el sábado para mi y no tuve erección, cuando te llamé el  31
de diciembre, cuando por poco me cruzo con Josecito por haber llegado
al límite de la hora, cuando te sugería pasar la navidad conmigo y me
tiraste de loco, cuando nos masturbamos por teléfono, cuando estuviste
en la hamaca y compartiste el pan con nosotros los pobres, cuando me
viste desnudo dentro de tus sábanas cambiando de canal televisivo y te
di pánico,  cuando te tapaste el trasero que sabías que te veía,
cuando subimos las llaves con un hilo, cuando en el cine corriendo
llegué en aquel diciembre, cuando estallaste contra Pilar, cuando
conocí a Rafael, cuando tu madre me platicó todo lo que quisiera
decirle a tu padre: "Si supiera que lo único que pido es que me
escuche", cuando trabajamos ambos en tu casa, cuando desnuda sentada
en mis piernas trabajamos en tu Mac, cuando te pillaste considerándome
en tu lista del súper, cuando desaforada no dejabas de enviarme los
besos que no pudimos darnos en el aeropuerto: "Te estoy dando seis
besos en este momento".

Y me imagino sin ti y me pongo triste.

Hoy volví a sentir la sincronía, esa que me llevó el nudo a la
garganta, cuando me dijiste que no, que no seguías, y al decirlo de
una extraña forma nos rompíamos mutuamente el corazón, quería decirte
si ¿sólo un poquito más podríamos seguir? Y sentía cómo nos rompíamos
mutuamente el corazón, I don't want to talk about it, how you broke my
heart, if I'm staying just a little bit longer, if I'm staying, won't
you listen my heart, Oh! My heart.  Que no me compartirías, que no
cabe en ti el seguir huyendo de la infidelidad de tu padre, la
adicción de tu madre. Pero entonces la reflexión te llevó a cuestionar
tu soledad, y la balanza me mantuvo en tu vida, hasta ahora.

"Antes de irme me cortaba las venas por ti" y al irte compartía
contigo todo el significado de París. Y hoy, 18 de abril, tras haber
pasado una turbulencia, siendo las 23:04 horas, a punto de irme a
dormir porque estoy fatigado, porque estoy exhausto, porque estoy
sediento, porque estoy nostálgico de ti, quiero decirte que quiero
estar contigo, porque quiero olerte, porque quiero besarte, porque
quiero tenerte, porque Victoria es la mujer chingona que me atrapó con
su conversación inteligente y su excitante candor. Así de simple.

Besos cariño mío.

Jo

sábado, 14 de agosto de 2010

Miénteme

por Víctor Yturbe «El Prulí»




Voy viviendo ya de tus mentiras
Sé que tu cariño no no es sincero
Sé que mientes al besar
Y mientes al decir ¡te quiero!
Me conformo porque sé
Que pago mi maldad de ayer.

Siempre fui llevado por la mala
y es por eso que te quiero tanto
Mas si das a mi vivir
la dicha con tu amor fingido,
Miénteme una eternidad
Que me hace tu maldad feliz.

Siempre fui llevado por la mala
y es por eso que te quiero tanto
Mas si das a mi vivir
la dicha con tu amor fingido,
Miénteme una eternidad
Que me hace tu maldad feliz.

¿y que más da?
La vida es una mentira;
Miénteme más
Que me hace tu maldad feliz.


domingo, 8 de agosto de 2010

Check-itix



Eugène Delacroix, George Sand, 1838.


George Sand

Amandine Aurore Lucile Dupin, baronesa Dudevant (1804-1876) es el nombre de la escritora francesa George Sand. Acuciada por contradicciones, defensora de la independencia de la mujer, atacada y criticada como lo hizo Baudelaire cuando dijo: “Ella es sencillamente estúpida y pesada. Sus ideas sobre moral tienen la misma carencia de juicio, delicadeza y sensibilidad que las de las mujeres del arrabal… El hecho de que haya hombres que puedan enamorarse de esta puta es una prueba indiscutible de lo bajo que ha caído el hombre de esta generación”. Sand, incapaz de vivir sin estar unida a un hombre, fue una artista emancipada y una burguesa sentimental que tuvo una vida, al parecer, superior a su obra: abandonó a su marido de quien se divorció en una época en que el hecho era imperdonable por la sociedad, se vistió como hombre  para tener acceso a lugares y eventos vedados para una mujer, y hasta fumaba en público tan sólo por desafiar a la sociedad de su época y al estatus y las costumbres a las que una mujer burguesa estaba obligada a ceñirse. Relacionada con numerosos amigos y amantes como Jules Sandeau —de quien se presume tomó su seudónimo—, Alfred Musset y Friedich Chopin quien permaneció a su lado diez años, se dice que gustaba de ser golpear y ser golpeada en su encuentros sexuales. Entre sus amigos están Víctor Hugo, Franz Liszt y Eugène Delacroix figuran entre los más conocidos. Fue autora, entre muchas otras novelas, de Indiana, 1832; Mauprat, 1835, Un invierno en Malloca y Consuelo, 1842; Lucrezia Floriani, 1846, en la hace una caricatura de Chopin.